© LUCAS GARRA
Suena Madredeus. Oxalá. O Paraiso. Haja o que houver… A veces se me olvida lo buenos que son. Me emociona de nuevo Teresa Salgueiro. Y vienen a mi memoria Charo y Susanne con una sonrisa resplandeciente y una caricia. Y viene Manoli con sus incógnitas y sus miedos. Y la foto de arriba se me incrusta en las sienes y en mis propios miedos. Y me recuerda lo frágil, débil y cobarde que soy. Lo estúpido que soy.
Y la foto, como un grito, me rebota y me noquea. Porque me gusta tanto como me duele. Como sé que le duele y le gusta a su autor. Una foto que a los tres nos hubiera gustado que no existiera. Quiero decir: que no hubiera existido el momento para hacerla, el instante preciso. Que no hubiera tenido que hacerse nunca.
Pero está. Y es hermosamente dolorosa. Es la foto de un espejo. Un espejo donde cada uno de nosotros vemos reflejadas nuestras debilidades y miedos. Una foto demasiado real y cotidiana. Que bien pudo haber hecho otro. Pero fue mi amigo quien tuvo que darle al clic y fue mi amiga quien tuvo que ponerse de modelo.
Una foto con la que tengo muchísimas cuentas pendientes y que, por motivos irrelevantes, nimios y egoístas, aún no he comenzado a saldar.
Cuánto me duele esta foto y cuánto ha podido cambiarme, a pesar de todo.
Gracias, Lucas, por tener los huevos que a mí me faltan.
Gracias, Manoli, por sostener una vez más el Mundo.
Y os pido mil perdones por prolongar tanto ese abrazo eterno que os debo.
Historia de gente valiente que lucha incansable. ¡Mucho ánimo!
Hermosas palabras! Lo dicho. No hay nada que perdonar!! Un abrazo.
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Fantastica
Es una gran foto, una gran historia y a pesar de todo esto una gran tristeza, esperemos y deseamos que todo siga su curso positivo y exista un final feliz